Dentro de las iniciativas parroquiales programadas para el año jubilar 2025, cerca de 140 feligreses de la Parroquia San Juan Pablo II peregrinaron este sábado 31 de mayo, festividad de la Visitación de la Virgen María, a las basílicas menores de Sevilla, con la finalidad de ganar el Jubileo.
El recorrido por los templos de la ciudad se inició en la Capilla Real de la Catedral de Sevilla a las nueve de la mañana, con el rezo de Laudes y del Oficio de Lecturas. Desde la Puerta San Miguel de la seo hispalense los peregrinos se desplazaron hasta la Capilla de los Marineros para meditar las primeras estaciones del Vialucis frente a la imagen de la Esperanza de Triana.
Acogidos por la hermandad trianera, el párroco de San Juan Pablo II, D. Adrián Ríos, agradeció a todos los presentes por su participación en esta iniciativa pese a las altas temperaturas previstas durante la jornada. El siguiente destino, sobre las once de la mañana, fue la Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración. Frente a la imagen del Cachorro, los feligreses continuaron la meditación de las estaciones relacionadas con las apariciones de Jesús tras su Resurrección, una propuesta de la Conferencia Episcopal Española para realizar durante el tiempo pascual.
La primera parte de la peregrinación finalizó con la celebración de la Eucaristía en la Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y la entrega de los diplomas a los participantes. Durante su homilía, Ríos mostró su alegría “al poder presidir la misa en este templo sevillano con su feligresía, dentro del contexto jubilar”.
“Durante este recorrido hemos podido experimentar la acogida de una Iglesia que sale a nuestro encuentro en cada templo que visitamos”. Sobre el Evangelio proclamado correspondiente a la solemnidad de la Ascensión del Señor, el párroco de San Juan Pablo II destacó que “la Iglesia celebra la fiesta del cielo, que nos abre el paladar a la experiencia del gozo eterno, de la eterna alabanza y del cántico con los ángeles”.
“Esa es nuestra meta – continuó – ante la experiencia del mundo que nos atrapa con su seducción y que nos ofrece gozos efímeros y caducos, el Señor nos regala la eternidad y nos promete su presencia hasta el final de nuestros días enviándonos el Espíritu Santo”.
Buen puerto
Tras la Eucaristía y el almuerzo compartido en el comedor social San Juan de Acre, los peregrinos acudieron a la Basílica de la Esperanza Macarena y María Auxiliadora. Ante la imagen de la Madre pudieron finalizar la meditación de las 14 estaciones del Vialucis.