La Parroquia inicia el ejercicio de los Siete domingos de San José en el año jubilar josefino

La Parroquia San Juan Pablo II en el contexto del Año de San José declarado por el papa Francisco el pasado 8 de diciembre, prepara su próxima solemnidad con la celebración de los Siete domingos que preceden al 19 de marzo.

En este sentido, antes de cada Eucaristía dominical, a partir del 31 de enero y hasta el 14 de marzo, se procederá al rezo y meditación a los pies de San José. El ejercicio de los Siete domingos consiste en la lectura de un ofrecimiento, el rezo de una antífona y una breve meditación.

Los gozos y dolores de San José son los gozos y dolores de cualquier cristiano. En este Año Jubilar, “podemos aprender de él a ser misericordiosos y pedirle que consiga misericordia sobre toda la Iglesia y el mundo”, refiere el Santo Padre.

Misas votivas

La Iglesia Católica centra su mirada hasta el 8 de diciembre de este año en San José, padre de Jesús de Nazaret y esposo de la Virgen María. De esta manera, el papa Francisco reivindica, a través de la Carta apostólica Patris corde’ (con ‘Corazón de padre’), el valor de su figura, cuando se cumplen 150 años desde que fuera declarado patrono de la Iglesia Universal.

Por este motivo, todos los miércoles del Tiempo Ordinario, que no coincidan con ninguna memoria obligatoria, la Parroquia San Juan Pablo II ofrecerá misas votivas de San José.

La misa votiva (missa votiva) es una Misa ofrecida por un votum, una intención especial.

Sobre la devoción a San José

La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José, el día 19 de marzo, dedicando al Santo Patriarca los Siete domingos anteriores a esa fiesta, en recuerdo de los principales gozos y dolores de la vida de San José. En concreto, el Papa Gregorio XVI fomentó la devoción de los Siete domingos de San José, concediéndole muchas indulgencias; pero fue Pío IX quien les dio actualidad perenne con su deseo de que se acudiera a San José, para aliviar la entonces aflictiva situación de la Iglesia universal. La meditación de los «dolores y gozos de San José» ayuda a conocer mejor al santo Patriarca y a recordar que también él afrontó alegrías y dificultades.

Toda la vida de San José fue un acto continuo de fe y obediencia en las circunstancias más difíciles y oscuras en que le puso Dios. Él es al pie de la letra “el administrador fiel y solícito a quien el Señor ha puesto al frente” de su familia” (Lc 12, 42). En los momentos de noche oscura, el ejemplo de José es un estímulo inquebrantable para la aceptación sin reservas de la voluntad de Dios. Para propiciar esa veneración e imitación y para solicitar su ayuda, ponemos a continuación el siempre actual Ejercicio de los siete Dolores y Gozos.