Feligreses de San Juan Pablo II se consagraron a Jesús por María en la festividad de la Virgen de Fátima

El día en que la Iglesia celebra la festividad de Nuestra Señora de Fátima, cincuenta feligreses de nuestra Parroquia consagraron sus vidas a Jesús por María durante la Liturgia de la Palabra, presidida por d. Adrián Ríos, párroco de San Juan Pablo II, este jueves 13 de mayo.

La consagración mariana es una manifestación externa que expresa el deseo interior de la persona de seguir la voluntad de Dios. La consagración a Jesús por María en personas que aún no la han realizado y la renovación para aquellos que la quieran llevar a cabo se trata de un gesto de filiación más profunda a Jesús, a través de la Santísima Virgen, en la renovación de las promesas del Bautismo y en la entrega voluntaria del propio don para el Reino de Dios. El rito de consagración inició con la presentación de los candidatos, la proclamación de la Palabra, seguido de la bendición de las medallas con la imagen de la Virgen María, la renuncia al pecado y la profesión de fe.

Al respecto, Ríos refirió que, por mediación de María, a través de la renovación de las promesas bautismales, “nos hacemos conscientes de nuestra condición de hijos de Dios. Ella nos lleva a Cristo, para que Cristo nos lleve al Padre. Eso es lo que celebramos hoy, la renovación de nuestras promesas bautismales, donde somos incorporados a la Iglesia como hijos en el Hijo, que es Cristo”.

Totuus Tuus Ego Sum

“Hoy, la Parroquia en Sevilla consagrada a San Juan Pablo II, tiene la alegría de vivir lo que Juan Pablo II vivió en el Seminario, somos continuadores de su carisma,  del carisma que él recibió y que como saben, debe el lema de su Pontificado a esa expresión de la consagración del itinerario de san Luis María Grignion de Monfort: Ego Sum Totuus Tuus (Soy todo tuyo, María)”

“Nos queda mucho para llegar a ser santos, pero nosotros también estamos llamados a esa carrera de la santidad”, subrayó. “El Señor nos ha regalado el carisma mariano para inspirarnos, para que los feligreses de nuestra Parroquia viviesen también la consagración a Jesús por María y viviésemos también este tono mariano de nuestra fe”.

Renovación de la Consagración

Por tanto, para aquellos que habiéndose consagrado a la Santísima Virgen María el pasado 31 de mayo y a lo largo de todas las celebraciones marianas desde entonces, la Parroquia  propone a partir de hoy, hasta el 31 de mayo, último día del mes de la Virgen y día de la Visitación, un itinerario para la renovación de esa consagración.

María es mediadora

“Un tono mariano- refirió el párroco- que no puede dejar de apuntar a Cristo, porque nosotros tenemos fe en Jesucristo y veneramos a la Santísima Virgen María, adoramos a Jesús y veneramos a la Santísima Virgen y san Luis María Grignion nos insiste mucho en que la piedad mariana, siendo imprescindible en el camino de la fe no puede llevar a la confusión de María como si fuese una diosa, porque no lo es. María es mediadora, es madre de Dios, a María la veneramos, la llevamos en nuestro corazón y depositamos nuestras intenciones en su inmaculado corazón, pero María cumple ese papel en la historia de la Salvación tuya y mía, importantísimo, pero siempre con la misión de llevarnos a Cristo para que Cristo nos lleve al Padre”.