Feligreses de San Juan Pablo II se consagraron a la Santísima Virgen María en el día de la Inmaculada Concepción

El día en que la Iglesia celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, veinte feligreses de nuestra parroquia  consagraron sus vidas a la Madre de Dios durante la Liturgia de la Palabra, presidida por d. Adrián Ríos, párroco de San Juan Pablo II, este martes 8 de diciembre.

La consagración mariana es una manifestación externa que expresa el deseo interior de la persona de seguir la voluntad de Dios. La consagración a Jesús por María en personas que aún no la han realizado y la renovación para aquellos que la quieran llevar a cabo se trata de un gesto de filiación más profunda a Jesús, a través de la Santísima Virgen, en la renovación de las promesas del bautismo y en la entrega voluntaria del propio don para el Reino de Dios. El rito de consagración inició con la presentación de los candidatos, la proclamación de la Palabra, seguido de la bendición de las medallas con la imagen de la Virgen María, la renuncia al pecado y la profesión de fe. Al respecto, Ríos refirió que con el sí de cada consagrado, “estamos permitiendo al Señor que reconstruya nuestra historia, como lo hizo con María”.

“Esta celebración es en primer lugar una acción de gracias al Señor que un día salió a nuestro paso en nuestra historia personal. El Señor no nos quiere separar del mundo, nos quiere entregados de lleno a Él, pero en medio del mundo, como lo hizo con la Virgen María a quien le pidió un sí, pero  sin apartarla de su historia, le pidió un sí en medio de su vida cotidiana en Nazaret, le pidió a ella que entregase su vida al Señor, pero siempre como una madre, acogiendo a los suyos, que es lo que realmente María hace con cada uno de nosotros”. Reflexionó que “el sí de María es un sí que se traduce en querer meter a Dios en la historia de la humanidad, es decir, un sí cocreador o corredentor que lleva a la reconstrucción y restauración de la historia”.

El párroco de San Juan Pablo II dijo a los consagrados que serán las familias y el entorno de cada uno quienes más se beneficiarán de los frutos de “este sí consciente que dais hoy, un sí que regenera vuestras vidas y la de sus seres queridos y cercanos. Hoy reconocemos que nuestro camino de encuentro con Jesús es también María”. Por tanto, “debemos ser como ella, contagiadores de esperanza”.

Trayectoria de Consagración

Desde el pasado 31 de mayo, Visitación de la  Virgen María, nuestra parroquia ha acogido  la consagración mariana de más de una treintena de laicos que, siguiendo el itinerario de formación de 33 días propuesto por Luis María Grignion de Montfort para profundizar  la fe cristiana y afianzar el amor y devoción a la Santísima Virgen.

San Luis María Grignion de Montfort

San Juan Pablo II, titular de nuestra parroquia expresó en la encíclica Redemptoris Mater que le era grato recordar “la figura de San Luis María Grignion de Montfort, el cual proponía a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo”. Más adelante, al final de su vida, San Juan Pablo II dirigió una carta a la familia montfortiana en el año 2004, en donde contó que en su juventud la lectura del “Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen” le ayudó mucho, porque allí encontró la respuesta a sus dudas sobre el temor del culto excesivo a María que podría dejar de lado la supremacía del culto a Cristo.


“Bajo la guía sabia de San Luis María comprendí que, si se vive el misterio de María en Cristo, ese peligro no existe. En efecto, el pensamiento mariológico de este santo ‘está basado en el misterio trinitario y en la verdad de la encarnación del Verbo de Dios’”, señaló san Juan Pablo II. También explicó que el lema “Totus tuus” que aparecía en su escudo episcopal se inspiraba en las enseñanzas de Montfort. “La doctrina de este Santo ha ejercido un profundo influjo en la devoción mariana de muchos fieles y también en mi vida. Se trata de una doctrina vivida, de notable profundidad ascética y mística, expresada con un estilo vivo y ardiente, que utiliza a menudo imágenes y símbolos”.

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