Las agustinas de la Conversión estrechan lazos fraternos con la comunidad parroquial de San Juan Pablo II

Cinco hermanas agustinas del monasterio de la Conversión (Sotillo de la Adrada, Ávila) se desplazaron el pasado fin de semana a Sevilla para estrechar lazos de fraternidad con el grupo de laicos al que acompañan para crecer en el carisma agustiniano y la comunión con las religiosas con reuniones virtuales cada quincena y asistencia a encuentros, retiros y otros eventos de índole espiritual en el propio recinto monástico. 

La Parroquia San Juan Pablo II mantiene un vínculo notable con las agustinas de la Conversión desde hace más de un lustro a través de los campamentos para adolescentes y jóvenes que se desarrollan en verano en su monasterio abulense. Esa especial relación entre las religiosas de vida contemplativa y los fieles de la parroquia ha cuajado en una fraternidad laical que está dando sus primeros pasos.

Las hermanas agustinas, en lo que técnicamente ellas llaman misión, dirigieron el retiro de Cuaresma de la parroquia el pasado sábado 3 de marzo por la mañana, en torno a la parábola del hijo pródigo con la asistencia de unas sesenta personas. El domingo lo dedicaron a la catequesis de los niños que se preparan para la primera comunión así como de sus padres; en este caso, la enseñanza giró sobre la parábola del buen samaritano. 

El viernes por la tarde se dedicó a una reunión seguida de cena fraterna con los laicos a los que acompañan quincena a quincena proponiendo materiales de oración y otras enseñanzas para ahondar en la comunión siguiendo el lema agustiniano ‘Cor unum’ que puede traducirse como ‘Un solo corazón’. 

En una apretada agenda de la visita, las hermanas compartieron con los jóvenes del Sarus (Servicio de Asistencia Religiosa de la Universidad de Sevilla) un taller para orar con la música en la capilla del Rectorado el jueves por la noche y un almuerzo con los seminaristas de la Iglesia hispalense el viernes. 

En resumen, una visita que ha servido para estrechar lazos y mantener encendido el deseo de fraternidad entre las hermanas agustinas de la Conversión y los parroquianos que han emprendido ese camino, abierto a cuantos quieran profundizar en el carisma agustiniano. 

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