Monseñor Juan José Asenjo, arzobispo emérito de Sevilla, ha bendecido este lunes 12 de septiembre, la imagen de la Virgen del Carmen, obra del escultor Alberto Pérez Rojas, preciosa talla en terracota policromada que ocupará el espacio del coro del templo parroquial, al lado izquierdo del altar.
La ceremonia tuvo lugar el día en que la Iglesia celebra el Dulce Nombre de María, en las vísperas del segundo aniversario de la consagración del templo y la dedicación del altar. La Misa, presidida por don Juan José fue concelebrada por D. Adrián Ríos, párroco de San Juan Pablo II; D. Leonardo Giacosa, vicario parroquial y, los sacerdotes Miguel González, de la prelatura del Opus Dei y Francisco J. Jaén, miembro de la comunidad carmelita del Santo Ángel, de Sevilla.
Durante su homilía, monseñor Asenjo ha expresado que la Virgen María “ocupa un lugar preeminente en el misterio de Cristo y de la Iglesia y, en consecuencia, tiene que ocupar un lugar de privilegio en nuestro corazón y en nuestra vida cristiana”. María, por tanto “es mediadora, intercesora, consuelo, refugio, es auxiliadora y otros títulos preciosos que la Iglesia y los cristianos dedicamos a la Santísima Virgen”, expresó.
Sobre la imagen de la Virgen del Carmen dijo que es una “obra preciosísima y expresiva”. Se trata de una escultura de tamaño natural realizada en terracota al óleo y telas encoladas. Esta técnica escultórica fue muy empleada en el siglo XVIII en Sevilla, particularmente, con el escultor Cristóbal Ramos como principal artífice. La imagen tiene la particularidad de encontrarse en estado de gestación, es decir, una Virgen del Carmen expectante. En cuanto a la composición, presenta un contraposto clásico, reposando el peso del cuerpo sobre su pierna izquierda, adelantando la derecha. Su mano derecha sujeta delicadamente el vientre, prominente, debido a la gestación del hijo de Dios, mientras que su mano izquierda, en gesto de ofrecimiento, porta el escapulario del Carmen.
La cabeza de la imagen muestra un leve giro hacia su izquierda y hacia abajo, con mirada serena y gesto de introspección y meditación, en recuerdo de las palabras del evangelista san Lucas.
La policromía de la imagen está realizada al óleo, siguiendo las técnicas tradicionales de la imaginería barroca española. Presenta una ornamentación en el hábito y en el manto compuesta por una cenefa de “rocalla”. En el escapulario se enriquece aún más con el dibujo sobre el vientre de la inscripción latina IHS que viene a significar la presencia del Redentor en el vientre de su madre, primer sagrario.
La Parroquia se congratula por la presencia de esta hermosa imagen en nuestro templo que sin duda propiciará la oración ante su presencia, “con un fervor y una devoción redoblada, como custodia de toda la feligresía”.
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