Antonio Rivas: “En la parroquia hay vida… y vida que rebosa amor”
Para Antonio, los pilares de mi fe son “en primer lugar, creer en Dios Trino, en alcanzar la Salvación siguiendo el camino que me va marcando cada día”.
También, “la Palabra que es el pilar en el que me apoyo cada vez que ocurre algo en mi día a día y de la que aprendo como un hijo escuchando las lecciones de su Padre”. Ante la presencia de la Eucaristía se siente templo que aloja el Cuerpo y la Sangre de Cristo. “Al comulgar soy consciente que no debo defraudarlo, alejándome del pecado”.
Antonio está casado y es padre de Alberto y María Auxiliadora. Pertenece a la Pequeña Comunidad Czestochowa y al Proyecto Amor Conyugal. “La fe la vivo día a día, escuchando la Palabra y llevándola a mi vida personal y compartiéndola con los demás. Fortalecer el encuentro con Cristo es lo que realmente alimenta mi fe. Sin Él no podría caminar, sería como ir siempre a la pata coja”.
Una de las mejores herramientas para propiciar ese encuentro es la oración “que me ayuda a acercarme a Dios y abrir mi corazón para que el prójimo vea quién me lleva de la mano”. Expresa que no cesa en su empeño de intentar evangelizar sobre el señorío de Jesús, “porque sé que poniéndole en el centro de vida me siento seguro, vital, alegre, emprendedor y más humano, no sé; es difícil expresar con palabras un sentimiento tan profundo, pero me fortalece adorarle, alabarle, hablar con Él y siempre, siempre… darle las gracias”.
Al respecto, manifiesta que “en la parroquia hay vida. Y vida que rebosa amor. La Iglesia es piedra viva y en ella no hay mal que temer, pues todos, en común unión, caminamos juntos hacia la felicidad, la alegría de compartir un ratito y Él en medio; personas normales de todas las edades y distintos orígenes que al salir de la Parroquia llevan una sonrisa casi tatuada”.
Antonio María Rivas Carrasco
Nacido en Ronda, Málaga (1963)
